sábado, enero 2

Se Agrava la Problemática de la Educación de los Jóvenes Mexicanos





http://www.remo.ws/revista/n15/n15-indice.htm

Leo el título de la editorial y me preocupa (Se Agrava la Problemática de la Educación de los Jóvenes Mexicanos). Termino el artículo y me asusta; ¿cómo es posible vivir en una situación tan –presentada aquí- común y hacer tan poco al respecto?

Supongo que la mayoría de las personas no tienen el dato tan fresco y claro de cómo están las estadísticas en el ámbito escolar y educativo en el país: todas las personas tenemos una idea más o menos acertada o más o menos vaga de la situación de la educación en México, pero es mucho más crudo, más impactante, ver los números.

Los números son fríos, indiferentes, neutrales. Los números no hacen nada más que representar una situación dada; son la referencia “fiel” que tenemos de algo no presente.

El artículo me gusta porque deja pensando a la gente, ¡hay muchas cosas que deberíamos de cambiar! Por ejemplo: la cotidianeidad con la que se ven las armas en las escuelas, el consumo compra/venta de drogas en espacios educativos, la autoimagen y autoconcepto de los jóvenes en edad escolar… ¡¡Y el rezago académico de 115 años!! Considerando que la situación siguiera su curso actual… ¿cuál será la probabilidad de que dejar atrás esta situación?

Me parece que el problema educacional en el ámbito escolar tiene sus orígenes mucho antes de lo que nosotros nos damos cuenta, es decir que desde la familia nuclear, educación pre-escolar, primaria, y así sucesivamente se van aunando los aprendizajes en el sujeto (tanto positivos como negativos) y eso contribuye a la visión y cuestionamientos de la persona sobre el resto del mundo: ¿para qué estudiar?, ¿hasta dónde quiero llegar?, ¿qué quiero ser?, ¿qué quiero hacer?, ¿quiero estudiar?

La paradoja que se presenta para los universitaros es también inquietante porque si por una parte la sociedad se ha esforzado en formar profesionistas de calidad para ofrecer un mejor futuro y mejores servicios a la comunidad entre otras cosas, ¿cómo es eso de que son los que menos trabajo pueden encontrar cuando se supone que son los más y mejor preparados? Es cuando me pongo a pensar si en verdad no le conviene más a la sociedad mexicana seguir manteniendo esos clasismos para que diferentes sectores se dediquen a actividades variadas: albañiles, obreros, patrones, catedráticos, agricultores, médicos, abogados, delincuentes, conserjes... corriendo el riesgo de, al extremo, llegar al sistema de castas de la India.