lunes, mayo 24

Ser el héroe

Por alguna de esas casualidades del timing universal que mi amigo nbrx gusta de nombrar a cada rato, leí un párrafo en el libro que leo actualmente (En el Laberinto, de Margaret Weis y Tracy Hickman). Y dice así:
"-Habrías podido ser de inmensa ayuda [...]"
'-Si no me desmayo - apuntó con amargura-. Aunque, a decir verdad, tal vez te convendría que así sucediese. Os haría correr más riesgos de los que merezco. El Laberinto parece capaz de volver mi magia en contra mía...'
"-Porque no la controlas. Ni te controlas a ti mismo. Toma el dominio de tus actos. Sé el héroe de tu propia vida. No dejes que otro interprete ese papel."

Y ya, justo después de leer eso me mandaron un e-mail cadena (de esos que casi nunca leo);
"No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted".

Sigh, mentiría si dijera que no lo espero. Lo ansío.

Y puedo regodearme de que la gente que decide estar a mi alrededor es porque ha descubierto mi luz y nos hemos sintonizado de alguna manera (:

viernes, mayo 21

¡Llévelo, llévelo! El ciudadano del futuro ya está aquí

El día de hoy lo que les quiero compartir es un pequeño ensayo que presenté como proyecto final de la materia "Seminario de la Educación en México". Es breve y conciso. Me gusta.

Por cierto, hay miles de cosas que debería de haber escrito pero no lo he hecho. Heh, parece que ni siquiera me permito sondearlas yo misma D:
Anyway, eso es como para OTRO post.

Lean:

Abstract

“Tengo libre albedrío, pero no porque yo lo haya elegido. Nunca he elegido libremente tener libre albedrío. Por tanto, tengo libre albedrío... ¡Lo quiera o no!” Smullian (s/f). No por hacer lo que se quiere se es más libre. Según Bakunin (s/f; citado por José, 2000) ser libre significa ser reconocido, considerado y tratado como tal por otro humano, de manera que la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo de su humanidad en la conciencia de todos los hombres libres: sus iguales; la libertad del otro es la condición necesaria y la confirmación de la propia. Al contrario, la esclavitud de los otros pone una barrera a la libertad personal, es una negación de mi humanidad puesto que no puedo decirme libre cuando mi dignidad de sujeto, es decir el no obedecer a ningún otro hombre y no determinar mis actos más que conforme a mis propias convicciones, no se refleja por la conciencia igualmente libre de todos.

Libertad, conciencia y responsabilidad son los tres ingredientes necesarios en la ciudadanía como ya Lutero mencionaba en el medievo. En pleno siglo XXI pareciera que esta idea se mantiene presente y a través de posturas constructivistas y críticas ofrecen frutos a la humanidad y una “nueva visión” de la existencia misma.

¡Llévelo, llévelo! El ciudadano del futuro ya está aquí

Cuando yo era pequeña estaban muy de moda los infomerciales (esos comerciales de duración kilométrica en la que se ofrecían productos maravillosos para todos y cada uno de los males y/o necesidades y/o ocurrencias del día a día) y siempre, siempre hacían algún comentario del tipo “¡La tecnología del futuro ya está aquí! ¡Aproveche ahora que está a un súper precio y que no lo podrá encontrar en ningún otro lado!”. A mi siempre me llamaba la atención la incongruencia de que el futuro ya estuviera aquí. Digo, si el futuro aún no llega… ¿cómo es posible que alguien ya lo posea? Si una persona ya lo tiene entonces deja de ser del futuro y se convierte en el presente.

Para la realización del presente ensayo me di un breve chapuzón en distintas aportaciones filosóficas sobre la libertad, la moral y el anarquismo. Resulta que me pareció que si se juntan las ideas de Bakunin, Lutero, Platón, Sartré, Cortina y Jonas, es probable que surja un ser harto llamativo. Y me refiero no llamativo en cuanto a su imagen exterior sino en cuanto a su pensamiento y su manera de actuar, es decir su conducta. Ojalá se pudiera meter a una licuadora y que todo quedara en la adecuada proporción. ¿De qué sirve que estas ideas entonces lleven tanto tiempo rodando por ahí si no se ponen en práctica?

Para los escolásticos uno de los tres problemas filosóficos más importantes de todos los tiempos es el libre albedrío, el cual se ramifica en ética, teología, metafísica y psicología. ¿Qué postura adopta la persona frente al libre albedrío?

¿Posee el hombre libertad genuina, poder de elección real, verdadera habilidad para determinar el curso de sus pensamientos y voliciones, para modificar y moldear su propio carácter? ¿O acaso todo está en función de las circunstancias, inexorablemente predeterminado por eventos en los que ha carecido de control?

Según Lutero todo acto del ser humano es susceptible de recibir una calificación moral, que sea juzgado como “bueno” o “malo”. Lo que contextualiza el nivel de la bondad o de la malicia del actuar son tres aspectos: el objeto elegido, el fin perseguido y las circunstancias. Y para este filósofo la moral es sinónimo de conciencia de libertad, lo que se traduce en libertad con responsabilidad.

Para Hans Jonas el tema de la responsabilidad es muy importante como recalca en su obra Ética para el Futuro, donde sugiere que nuestros actos hoy tendrán repercusiones en las generaciones por venir; el futuro se representa hoy, nosotros lo hacemos. La escuela es un excelente mecanismo para inculcar en los niños aquellas características que consideramos necesarias: previsión, responsabilidad, conciencia y libertad.

Yo propongo un país de librepensadores que se responsabilicen de sus actitudes, acciones y discurso. Que propongan, que hagan, que sean concientes. Una sociedad como la que José (2000) sugiere basándose en la anarquía: la organización de la sociedad que se asienta en el apoyo mutuo y la solidaridad de unos con otros; una sociedad donde la libertad y la igualdad son los valores cotidianos; una sociedad en la que ningún gobierno, ningún ejército es el que defiende la libertad ni la igualdad porque la defienden los mismos miembros con su actitud diaria. En resumen: una sociedad en la que se pueda llevar una vida digna sin que sea a costa de otros.

La gente ha de ser inteligente y no porque cuente sólo con conocimientos teóricos o “de escuela”, sino porque sabrá razonar y emitirá juicios constructivos y críticos. De hecho estas dos aproximaciones son las que me parece serían más convenientes al momento de “crear” (quizás sea mejor utilizado el término modelar) al ciudadano que el presente ensayo propone. Personas que se interesen de manera genuina por el otro y que siempre, siempre busquen dar lo mejor de sí. En cualquier situación, en cualquier ámbito, bajo cualquier circunstancia.

Personas que no se satisfagan con lo que ya hay sino que busquen (¡y vayan!) más allá, sujetos con iniciativa y con deseos. Individuos que vivan la vida y no que simplemente la sobrevivan.

La teoría de los máximos y mínimos de Cortina hace hincapié en que nada se da por sí mismo sino que hace falta una serie de aspectos mínimos indispensables para que el resultado sea uno en particular. Los máximos se refieren a todas esas características extras o “plus” con el que el sujeto puede contar para así obtener el mejor resultado posible. ¿Qué es lo mínimo que se necesita para que los ciudadanos tengan las características citadas?

La anterior es una pregunta digna de meditar y volver a revisar lo que uno ha concluido. Para conseguirlo, me parece que al menos toda persona debería de contar con una familia o con un grupo que tuviera la función y, más importante, que la llevara a cabo. Un grupo de iguales con los cuales desenvolverse y en donde podría aprovechar más las zonas de desarrollo próximo de las que habla Vygotski. Que todas las personas fungieran como guías o mentores del resto y que el respeto y la responsabilidad fueran valores intrínsecos al ser humano.

¿Los máximos? Pues todos aquellos que se puedan imaginar: tecnología, fácil acceso a la información, paz, infraestructura oportuna y suficiente, entre otros.

Las actividades que podrían efectuarse en la escuela porque, sí, aún considero necesaria esa institución en la que por excelencia se acumula el saber histórico y social de generaciones, podrían ser las siguientes: grupos de discusión, exposiciones personales y en grupo, equipos de trabajo, debates, revisión y discusión de lecturas, participación y escucha activa de todos los miembros presentes… Básicamente aquellas que los modelos constructivos y los críticos sugieren.

Las ideas ya están –han estado desde hace generaciones- pero pareciera que no es suficiente con que estén. Deben existir, y para ello han de llevarse a cabo. El ciudadano del futuro ya está aquí, siempre ha estado. Somos nosotros y sólo hace falta pulirnos y mejorarnos hasta que lleguemos (¿o creemos?) la epítome del humano.

Bibliografía

Apuntes ética y filosofía de Miss Nightingale, alumna de la Licenciatura en Mercadotecnia

Educar.org LEV SEMIONOVICH VYGOTSKY Obtenido el 18 de Mayo de 2010 de http://www.educar.org/articulos/Vygotsky.asp [1994, Revista trimestral de educación comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIV, nos 3-4, 1994, págs. 773-799.; versión electrónica]

José. (2000, Octubre). ¿Qué es la anarquía? ¿Por qué somos anarquistas? Obtenido el 17 de Mayo de 2010 de http://usuarios.multimania.es/jhbadbad/anarquia/quees.htm

Maher, M. (1907). Libre Voluntad. E.U.A.: Robert Appleton Company. Obtenido el 17 de Mayo de 2010 de http://ec.aciprensa.com/l/librevoluntad.htm [1999, The Catholic Encyclopedia, Volume I; versión electrónica]